La esterilización masculina se denomina vasectomía y consiste en seccionar los conductos deferentes, que transportan los espermatozoides formados en los testículos.
La técnica es sumamente sencilla, se practica con anestesia local y no requiere ingreso en el hospital.
El hombre que desea someterse a una vasectomía debe tener en cuenta dos cuestiones: debe considerar que la fertilidad masculina se prolonga muchos años y que pueden cambiar las condiciones que ahora le animan a la esterilización, y actualmente se han descrito algunos efectos secundarios que podrían estar asociados con esta técnica, aunque se requieren más investigaciones.
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